EL TURISMO ES LA PRINCIPAL INDUSTRIA DE ESPAÑA

En la actualidad, hacer turismo no es sólo una de las actividades de ocio más importantes a escala mundial. Es que además es uno de los motores de la economía, sobre todo en España.

Pero no siempre fue así. De hecho, hace menos de 200 años, no existía el concepto de hacer turismo.

No fue hasta que se crearon los Balnearios en el siglo XIX cuando se instaló en la mentalidad de algunos europeos y también de españoles –en aquellos años de clase alta- la idea de “irse de vacaciones”. Sin duda, favorecidos por el hecho de que fueran frecuentados por conocidos políticos y estadistas de la época, como Bismarck (Ens), Cavour (Plombieres), Napoleón III (Villafranche), Eugenia de Montijo (Vichy), o Cánovas (Santa Águeda), los Balnearios se convirtieron en la primera industria del turismo en Europa.

EL ESPLENDOR DE LOS BALNEARIOS

España no se quedó atrás y fruto de la “fiebre” por las estaciones termales, se construyeron por toda la Península Balnearios que se convirtieron en un referente de la salud y la cultura de la época, como por ejemplo el de Cestona en Guipúzcoa, Liérganes en Cantabria o Termas Pallarés en Aragón.

La importancia que adquirieron queda reflejada también en el hecho de que fueron diseñados por los arquitectos más reputados de la época, convirtiendo las edificaciones en emblemas de la arquitectura de nuestro país.

CENTROS DE SALUD, BIENESTAR, OCIO Y CULTURA

Su objetivo era llevar a cabo tratamientos de salud, basados en las propiedades curativas (demostradas científicamente) de estas aguas medicinales de manantiales sobre los que se edificaron los Balnearios, y que venían siendo utilizadas por el hombre desde tiempos inmemoriales.

Paralelamente, se convirtieron en centros culturales de primer orden que satisfacían las demandas de ocio de sus clientes. Representaciones teatrales, conciertos, óperas, conferencias y encuentros literarios de diversa índole eran por aquellos entonces habituales en los Balnearios de nuestro país y del resto de Europa.